De un modo general, entendemos por adolescencia el período de nuestra vida que se inicia con los cambios biológicos de la pubertad y finaliza con la entrada en el mundo de los adultos.
Hace 200 años este período no existía o transcurría inadvertido. Ni siquiera se usaba la palabra adolescencia y sólo se diferenciaba entre "niños" y "adultos". La aptitud fisiológica para la procreación, que llamamos pubertad, marcaba la frontera entre ambas edades.
La creciente complejidad de la sociedad, que ha difersificado las funciones sociales y ha exigido mayores competencias para el mundo del trabajo; la consiguiente evolución de la escuela; la prohibición del trabajo de los niños; el aumento en la expectativa de vida y otros factores que han transformado la sociedad, han determinado el surgimiento de esta etapa de maduración sexual y social.
Las grandes tareas de desarrollo de la adolescencia en su totalidad, desde la pubertad hasta la entrada en el mundo adulto, podrían resumirse en las siguientes:
- Alcanzar la madurez sexual, en todos los aspectos que ella comprende y sólo en los biológicos.
- Lograr la identidad.
- Plantearse un proyecto de vida propio.
La adolescencia comienza en la biología y termina en la cultura. Se manifiesta su inicio con la aparición de las modificaciones corporales que sirven de índices de masculinidad y feminidad, continúa en nuevas formas de pensar que permiten comprender los acontecimientos de manera integrada, transcurre en la búsqueda de ser uno mismo en forma coherente y contínua, y concluye con la inserción en el mundo con un proyecto propio, o al menos con la convicción de que se necesita tomar una opción de vida y que se es capaz de hacerlo.
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